Hay recetas que te abrazan. Que te salvan cuando no sabes qué hacer para comer, pero quieres algo rico, que no te lleve media vida y que encima te haga sentir bien. Para mí, esa receta estrella es esta: ensalada de pasta con espinacas y alcachofas. La descubrí una tarde de verano, con lo justo en la nevera, y desde entonces se convirtió en un clásico en casa.

Es colorida, tiene un equilibrio perfecto entre frescura y sabor, y lo mejor: está lista en menos de 30 minutos. No necesitas ser chef, ni complicarte con ingredientes raros. Solo ganas de comer algo que sepa a comida real, con el toque de siempre que tú le das en tu cocina. Vamos al lío.

Ingredientes (para 4 personas bien servidas)

Ingrediente	Cantidad
Pasta corta (fusilli, penne, etc.)	250 g
Espinacas frescas	2 puñados grandes
Corazones de alcachofa (en conserva o congelados)	1 taza escurrida
Tomates cherry	1 taza (cortados por la mitad)
Queso feta (opcional)	100 g desmenuzado
Aceitunas negras sin hueso	1/2 taza
Aceite de oliva virgen extra	4 cucharadas
Zumo de limón o vinagre balsámico	2 cucharadas
Ajo picado (opcional)	1 diente pequeño
Sal y pimienta	Al gusto
Albahaca fresca (opcional)	Unas hojas para decorar

Tip casero: Si usas alcachofas en conserva, escúrrelas bien y dales un toque en sartén con un poco de ajo. ¡Saborazo!

‍ Paso a paso realista y con mucho mimo

1. La pasta, la base de todo

Cuece la pasta en agua con sal hasta que esté al dente. Ni pasada ni dura. Luego escúrrela y pásala por agua fría para que no se siga cocinando. Déjala reposar mientras preparas el resto.

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2. Lo fresco: verduras con vida

Corta los tomates cherry a la mitad, trocea las espinacas (si son muy grandes), escurre bien las alcachofas y, si te animas, sofríe un ajo picado para el aliño. Todo esto se mezcla en un bol grande.

3. La magia del aliño

Aceite de oliva del bueno, zumo de limón o vinagre balsámico, sal, pimienta… y ese ajito si lo hiciste. Mezcla bien y vierte sobre los ingredientes del bol. Ya empieza a oler a gloria, ¿verdad?

4. Monta tu obra de arte

Añade la pasta cocida, las aceitunas negras y el queso feta (si lo usas). Mezcla con cariño para que todo quede bien repartido. No machaques nada, esto es cocina con amor.

5. Reposa y saborea

Déjala en la nevera unos 15-20 minutos antes de servir. Así los sabores se asientan, se abrazan y se convierten en una ensalada redonda. Decora con albahaca fresca si tienes… y listo.

¿Por qué esta ensalada es una joya?

Porque es rápida y resultona.
Porque es perfecta para tupper, picnic o cena ligera.
Porque te permite aprovechar lo que tienes en la nevera.
Porque combina lo fresco de las espinacas, lo sabroso de las alcachofas y la acidez justa del aliño.

Y sí, también porque te hace sentir que estás cuidando tu cuerpo sin dejar de disfrutar. Eso no tiene precio.

Trucos que siempre uso

Si tengo nueces o semillas, le echo un puñadito. Le da textura.
A veces le pongo garbanzos cocidos si quiero algo más saciante.
Con pasta integral queda igual de buena, incluso mejor.
Si no tengo feta, uso queso de cabra, o ni queso. ¡Y sigue siendo un 10!

❓ Algunas preguntas que seguro te harás

¿Sirve para llevar al trabajo? Sí, ¡y es perfecta! La preparas la noche antes y al día siguiente está aún mejor.

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¿Qué tipo de pasta va mejor? La corta. Fusilli, penne, lacitos. Las que agarren bien el aliño.

¿La puedo hacer sin queso? Claro. Añade un poco más de limón o especias para compensar.

¿Cuánto dura en la nevera? 2 días como nueva si la guardas en recipiente hermético.

❤️ Un final sincero

Esta ensalada de pasta con espinacas y alcachofas no solo es una receta: es una idea que se adapta a ti. Es fresca, sabrosa, saludable y, sobre todo, muy tuya. Puedes hacerla cien veces y nunca será igual, porque cada vez puedes cambiar algo. Esa es la magia.

Así que si no sabes qué cocinar esta semana, aquí tienes la solución. Fácil, rica y con ingredientes que probablemente ya tienes en casa.

Hazla, pruébala, compártela. Y sobre todo… ¡disfrútala!