Hay recetas que reconfortan… y luego están estas
Te lo digo en serio. Hay días en los que el cuerpo no quiere grandes cosas. Solo algo calentito, lleno de sabor, que te abrace desde adentro.
Y justo eso es lo que pasa con estas enchiladas de camote y frijoles negros.
Son veganas, sí. Saludables, claro. Pero lo mejor… es que están buenísimas.
Ese tipo de plato que haces una vez, y luego no puedes parar de repetir.
Porque tienen todo: dulce natural del camote, cremosidad de los frijoles, el saborcito ahumado de la salsa de tomate, y ese punto picante suave que te hace cerrar los ojos con cada mordida.
Yo las preparo sobre todo los domingos por la tarde. Con música de fondo, la cocina oliendo a comino y pimentón, y las manos llenas de salsa.
Me hace feliz.
Y por eso hoy te la comparto tal como la hago en casa. Sin complicaciones, sin prisas… pero con muchísimo amor.
Ingredientes de los que te hacen sentir bien (4 raciones bien servidas)
Ingrediente | Cantidad |
---|---|
Camote (batata) | 2 medianos |
Frijoles negros cocidos | 1 ½ tazas |
Tortillas de maíz | 8 unidades |
Cebolla morada | ½ unidad |
Ajo | 2 dientes |
Comino | 1 cucharadita |
Pimentón dulce o ahumado | ½ cucharadita |
Aceite de oliva virgen extra | 2 cucharadas |
Sal y pimienta | Al gusto |
Salsa de tomate casera | 1 taza |
Caldo vegetal (opcional) | ¼ taza |
Zumo de lima o limón | Unas gotas |
Aguacate, cilantro (opcional) | Para servir |
Paso a paso: sin líos, sin estrés, solo puro sabor
1. El camote… al horno y a lo loco
Primero, el ingrediente estrella.
Pela los camotes, córtalos en cubitos y mézclalos con un poco de aceite de oliva, sal, comino y ese pimentón que te hace salivar con solo olerlo.
Mételos al horno a 200 °C unos 25 minutos o hasta que estén doraditos por fuera y blanditos por dentro.
Y no te resistas: prueba uno. Te lo vas a comer antes de rellenar nada.
2. Sofrito que da vida
Mientras el horno hace su magia, en una sartén pon un chorrito de aceite y sofríe la cebolla morada picadita.
Cuando empiece a verse transparente, añade el ajo.
Y cuando la cocina huela a gloria… échale los frijoles y el camote asado.
Una vueltecita, sal, pimienta, unas gotas de lima… y listo.
Tienes un relleno que dan ganas de comérselo a cucharadas.
3. Tortillas calentitas + relleno = felicidad
Calienta las tortillas unos segundos en una sartén (sin aceite, solo para que se ablanden).
Y ahora viene lo bonito: ponles una buena cucharada del relleno, enróllalas con cariño y colócalas en una bandeja con la “costura” hacia abajo.
Hazlo con calma. Este es el momento de conectar. Poner atención. Y si puedes… escuchar música lenta mientras. Cambia todo.
4. La salsa por encima… sin miedo
Ahora baña esas enchiladas con salsa de tomate. Que quede jugoso, no seco.
Si la salsa está muy espesa, agrégale un pelín de caldo vegetal.
Hornea 15 minutitos a 180 °C, hasta que burbujee y te lleguen los olores que hacen bailar el alma.
5. Decoración que enamora
Sácalas, deja que reposen (¡aguanta la tentación!).
Encima, ponle rodajas de aguacate, un poquito de cilantro fresco picado, y si quieres, unas semillas de sésamo o un chorrito de limón.
¿Y por qué hacer esta receta?
Porque no necesitas carne para que un plato sea sabroso.
Porque es barato, fácil, nutritivo y queda hermoso en el plato.
Porque no hay nada como la mezcla del camote dulzón con los frijoles negros bien especiados.
Y porque te da energía real… de la que alimenta cuerpo y corazón.
¿Y si quiero variar?
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¿Más proteína? Añade tofu desmenuzado o lentejas cocidas.
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¿Te gusta el picante? Un toque de chipotle o jalapeño en la salsa.
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¿Salsa casera? Tomate triturado + cebolla + ajo + orégano = bomba.
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¿Quieres más crunch? Hornéalas sin salsa, solo con un poco de aceite.
Preguntas que seguro te estás haciendo:
¿Se puede hacer con antelación?
Sí. Yo suelo dejar el relleno hecho y las tortillas listas. Montas y horneas cuando quieras.
¿Y si no tengo horno?
Puedes hacerlas en sartén, tapadas, con la salsa ya caliente.
¿Puedo usar tortillas de trigo?
Claro, aunque las de maíz son las tradicionales. Pero tú mandas en tu cocina.
¿Sirve para tupper?
¡Totalmente! Es de esas recetas que incluso están más ricas al día siguiente.
Acompañamiento ideal
Un arroz integral con lima y cilantro. O una ensalada de maíz con aguacate. O nada.
Porque estas enchiladas ya lo tienen todo.
❤️ Final sin palabras técnicas: solo verdad
Estas enchiladas de camote y frijoles negros no son “solo una receta vegana”.
Son un plato que te invita a bajar el ritmo. A cocinar con las manos, con el alma. A reconectar con lo que te hace bien.
Cada mordida es cremosa, cálida, sabrosa.
Es un abrazo comestible.
Es eso que necesitas cuando no sabías que lo necesitabas.
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