Espaguetis de Calabaza Rellenos de Pollo al Pesto: Una Receta Saludable con Sabor de Restaurante
Hay recetas que no solo conquistan el paladar, sino también la vista y el corazón. Y créeme, estos espaguetis de calabaza rellenos de pollo al pesto son uno de esos platos que enamoran desde el primer bocado. Aromáticos, coloridos, con ese equilibrio perfecto entre lo cremoso, lo fresco y lo reconfortante… ¡y sin perder el toque saludable que tanto nos gusta!
Cuando pruebas la primera cucharada, notas la dulzura natural de la calabaza, la jugosidad del pollo y ese pesto casero que envuelve todo con su perfume a albahaca y su intensidad de sabor. Es como un abrazo cálido en forma de comida.
Ingredientes para 4 personas
Ingrediente | Cantidad |
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Calabazas tipo espagueti (Spaghetti squash) | 2 medianas |
Pechuga de pollo | 400 g |
Pesto casero o comprado | 150 g |
Queso mozzarella rallado | 150 g |
Queso parmesano rallado | 50 g |
Aceite de oliva virgen extra | 2 cucharadas |
Ajo picado | 2 dientes |
Sal | Al gusto |
Pimienta negra | Al gusto |
Tomates cherry | 100 g |
Hojas de albahaca fresca | Para decorar |
Tip: Si quieres un pesto más vibrante, prepara el tuyo con albahaca fresca, piñones, parmesano, aceite de oliva y un toque de limón.
Paso a Paso: Cómo preparar espaguetis de calabaza rellenos de pollo al pesto
1. Asar la calabaza para sacar los “espaguetis”
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Precalienta el horno a 200°C.
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Lava bien las calabazas y córtalas a lo largo. Retira las semillas con una cuchara.
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Coloca las mitades boca abajo sobre una bandeja con papel de horno y hornea durante 35-40 minutos hasta que la carne esté tierna.
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Una vez lista, con un tenedor raspa el interior para obtener esos hilos tan característicos.
Aquí ya empieza la magia: ese aroma dulce de la calabaza recién asada inunda la cocina…
2. Preparar el pollo
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Mientras la calabaza se hornea, corta la pechuga de pollo en trozos pequeños.
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En una sartén grande, añade aceite de oliva y sofríe el ajo picado hasta que esté dorado.
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Agrega el pollo, salpimienta y cocina hasta que esté bien hecho y jugoso.
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Apaga el fuego y mezcla el pollo con 100 g de pesto para que absorba todo el sabor.
3. Montar el relleno
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En un bol grande, mezcla los “espaguetis” de calabaza con el pollo al pesto.
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Añade tomates cherry cortados por la mitad y un poco de mozzarella rallada para dar cremosidad.
4. Gratinar y servir
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Coloca la mezcla de nuevo dentro de las mitades de calabaza (serán como cuencos comestibles).
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Cubre con mozzarella y parmesano.
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Gratina en el horno durante 8-10 minutos hasta que el queso burbujee y se dore.
Consejos para que te quede perfecto
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No te pases con la cocción de la calabaza: si la horneas demasiado, los hilos se romperán y perderán la textura de “espaguetis”.
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Pesto casero siempre gana: la diferencia de sabor es brutal.
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Añade frutos secos tostados como nueces o piñones para un toque crujiente.
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Versión más ligera: usa mozzarella light o sustituye por queso fresco desmenuzado.
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Toque gourmet: un chorrito de aceite de trufa antes de servir.
Variaciones creativas
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Espaguetis de calabaza vegetarianos: sustituye el pollo por garbanzos salteados o tofu marinado.
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Con salsa cremosa: mezcla un poco de nata con el pesto para un relleno más suave.
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Versión picante: añade escamas de chile rojo al pollo mientras lo cocinas.
Beneficios de esta receta
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Baja en carbohidratos
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Alta en proteínas
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Rica en fibra y vitaminas
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Libre de gluten
Además, al servirse dentro de la propia calabaza, no solo es bonita a la vista, sino que reduces el uso de platos y haces que la comida sea más sostenible.
Resumen rápido de la receta
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Asar calabaza tipo espagueti
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Cocinar pollo con ajo y mezclar con pesto
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Mezclar con los hilos de calabaza y tomates
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Rellenar, cubrir con queso y gratinar
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Decorar con albahaca fresca y disfrutar
Mi recomendación personal: acompaña estos espaguetis de calabaza rellenos de pollo al pesto con una copa de vino blanco frío, como un Albariño o un Verdejo. El contraste es simplemente espectacular.
Porque sí, comer sano no significa comer aburrido. Este plato es la prueba perfecta de que la cocina saludable puede ser igual de sabrosa y reconfortante que cualquier receta “gourmet” de restaurante.
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