Hay recetas que no se olvidan. Que llegan al plato con fuerza, con carácter, con ese punto de “¡wow, qué es esto y por qué no lo comí antes!”. Y esta, sin duda, es una de ellas: macarrones con queso, chile verde y jalapeño.

Una locura cremosa, picante, gratinada, intensa y absolutamente irresistible. Perfecta para amantes del mac and cheese, pero con ese twist que solo el chile verde y el jalapeño le pueden dar.

Es reconfortante. Tiene ese punto adictivo del queso fundido, el calor del horno y el toque chispeante del chile. Es de esas recetas que huelen a cena de viernes, a comida compartida, a película y manta, a cucharón sin culpa.

Y sí… es fácil. No necesitas ingredientes raros ni técnicas de chef. Solo ganas de cocinar y de disfrutar.

¿Por qué vas a amar esta receta?

Porque combina lo mejor del mac & cheese con un twist picante y lleno de personalidad.
Porque puedes hacerla con ingredientes básicos que encuentras en cualquier súper.
Porque se adapta a lo que tengas: puedes usar pasta sin gluten, quesos veganos o incluso añadir pollo desmechado si no eres 100% veggie.
Porque el contraste del queso cremoso con el jalapeño crujiente y el chile verde asado es simplemente brutal.

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Y lo mejor de todo… se prepara rápido, se hornea sola y huele tan bien que no vas a querer esperar a que se enfríe.

Ingredientes reales (para 3-4 personas que comen bien)

Ingredientes	Cantidad
Macarrones o pasta corta	300 g
Mantequilla	2 cucharadas
Harina de trigo	2 cucharadas
Leche entera o bebida vegetal	2 tazas
Queso cheddar rallado	200 g
Queso mozzarella o gouda	100 g
Chile verde asado y pelado	1 grande (o 2 pequeños)
Jalapeños frescos o en conserva	2-3, al gusto
Sal y pimienta	al gusto
Pizca de ajo en polvo o mostaza Dijon	opcional pero top
Pan rallado + un poco de mantequilla	para el gratinado (opcional)

Puedes usar mezcla de quesos. Mientras fundan bien… ¡vale todo!

‍ Paso a paso: macarrones con queso, chile verde y jalapeño

1. Cuece la pasta

Pon los macarrones a cocer en abundante agua con sal. Ojo: no los cocines del todo, déjalos al dente. Porque después van al horno, y no queremos que se pasen.

Tip real: guarda ½ taza del agua de cocción por si quieres aligerar luego la salsa.

2. Prepara el chile verde

Si usas chile verde fresco, lo puedes asar directamente sobre la llama del fuego (o en sartén), luego lo tapas unos minutos en un bol y le quitas la piel. Después, lo picas bien.

Si ya lo tienes en conserva, simplemente escúrrelo y trocéalo.

3. Haz la salsa de queso

En una cazuela a fuego medio:

Derrite la mantequilla.
Añade la harina y remueve sin parar hasta que se forme una pastita (roux).
Añade la leche poco a poco, sin dejar de batir. Tiene que quedar una salsa cremosa, sin grumos.
Baja el fuego y añade los quesos rallados.
Mezcla hasta que se funda todo y se vuelva una crema brutalmente suave.

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Aquí puedes meter la mostaza Dijon o el ajo en polvo. Suben el sabor a otro nivel.

4. Monta el plato

Añade a la salsa:

Los macarrones escurridos
El chile verde asado picado
Parte de los jalapeños troceados (reserva algunos para decorar)

Mezcla con cariño. Que se reparta todo bien, que cada huequito de la pasta esté lleno de salsa.

5. Gratina y disfruta

Vuelca todo en una fuente de horno.

Si quieres el extra crujiente irresistible:

Mezcla pan rallado con un poco de mantequilla derretida
Espolvorea por encima

Decora con más jalapeños en rodajitas por encima.

Horno a 200ºC durante 10-15 minutos, o hasta que la superficie esté doradita y burbujeante.

¡Y a la mesa!

Cómo servirlo (y triunfar)

Como plato único con una buena ensalada verde con lima.
Acompañado de maíz asado, guacamole o pico de gallo.
Con pollo o tofu desmenuzado encima si quieres hacerlo más completo.
En una fuente grande para compartir en cenas con amigos.

También lo puedes convertir en “mini porciones” horneadas en moldes individuales. ¡Quedan súper cuquis!

️ ¿Y si no tolero mucho el picante?

No pasa nada. Puedes:

Usar solo chile verde suave y omitir los jalapeños.
Cambiar los jalapeños por pimiento verde asado.
O usar jalapeños en conserva sin semillas, que pican mucho menos.

Lo importante es que lo adaptes a ti. La receta funciona igual. Porque el sabor no está solo en el picante, sino en la mezcla cremosa, tostada y sabrosa de todo.

¿Se puede hacer versión vegana?

¡Claro!

Cambia la mantequilla por margarina vegetal o aceite.
Usa bebida vegetal sin azúcar (como avena o soja).
Utiliza quesos veganos que fundan bien (hay muchos ya en el mercado).
Añade un poco de levadura nutricional para ese toque umami.

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Y tendrás unos macarrones con queso veganos con chile verde y jalapeño que te van a volar la cabeza.

Consejos que nadie te cuenta

Si la salsa se espesa demasiado: un chorrito de leche o del agua de cocción de la pasta.
¿Te sobra? Guarda en tupper. Al día siguiente está igual de bueno.
¿Te pasaste con los jalapeños? Un toque de yogur natural o crema agria equilibra el fuego.

Y si lo haces con cariño, sin prisas, sintiendo cada paso… lo vas a disfrutar el doble.

¿Por qué esta receta se queda en la memoria?

Porque mezcla confort, sabor, textura, y ese toque picante que te despierta el alma. Es de esas recetas que huelen a fiesta en casa, que se sirven con cucharón grande y sonrisa incluida.

Y porque tiene todo lo que amamos: queso, pasta, horno, especias y picante, sin complicaciones.

Es una receta que se hace con ingredientes simples, pero que logra ese efecto “wow”. Y eso, en la cocina del día a día… vale oro.